jueves, 16 de febrero de 2012

The Rum Diary - Los Diarios del Ron



Aunque suceden muchas cosas en The Rum Diary, nada verdaderamente “pasa” y creo que me explico. Los personajes son colocados en situaciones que uno presume se convertirán en algún momento en algo que se asemeje a una trama, pero la misma nunca cobra forma, simplemente continúan “pasando cosas”, sin rumbo, desarrollo dramático ni mayores consecuencias, durante 120 interminables y aburridísimos minutos.

El filme adapta la novela homónima de Hunter S. Thompson, autor cuya prosa no es particularmente cinematográfica. El director Terry Gilliam supo cómo llevar la voz de Thompson a la pantalla grande en Fear and Loathing in Las Vegas, película que no será del agrado de todos y cuyas virtudes como adaptación literaria ciertamente son debatibles, pero es incuestionable que el espíritu del padre del periodismo Gonzo está presente en ella.

The Rum Diary llega ahora a los cines apadrinada y protagonizada por Johnny Depp, quien estableció una estrecha amistad con Thompson en los últimos años de su vida. La megaestrella de Hollywood fue la encargada no sólo de que esta película se viera realizada, sino además de la publicación del libro en 1998. Para adaptarlo y dirigirlo, Depp buscó a Bruce Robinson, cineasta británico cuyo último largometraje fue Jennifer Eight, hace 19 años. Infieran por eso lo que quieran.

El gran ausente de The Rum Diary es precisamente su autor. Thompson escribió el libro inspirado en las experiencias que vivió cuando intentó ser un periodista en Puerto Rico en los años 50. La novela se lee, tal y como dice su título, como un diario, pero el guión de Robinson no cuenta con un narrador, removiéndole toda su perspicacia. El protagonista, “Paul Kemp” (Depp), álter ego de Thompson, llega a la Isla como un novelista que no encuentra de qué escribir. Nada sorprendente, ya que Depp lo interpreta como la persona más insípida del mundo, y no parece que haya sido intencionalmente.

“Kemp” consigue trabajo en The San Juan Star, en el Viejo San Juan, un periódico al borde de la quiebra, dirigido por “Lotterman” (Richard Jenkins). Allí conoce a otros reporteros como “Sala” (Michael Rispoli) y “Moburg” (Giovanni Ribisi), todos alcohólicos, pero quién puede culparlos: se dedican a informar sobre lo bien que lo pasan los estadounidenses en el paraíso caribeño. Mientras persigue infructuosamente historias importantes, “Kemp” se ve involucrado en un nebuloso esquema orquestado por el millonario empresario “Sanderson” (Aaron Eckhart) sobre la venta de terreno en Vieques para construir hoteles.

Ah, casi lo olvidaba. “Sanderson” tiene una novia, interpretada por Amber Heard, el necesario interés amoroso/sexual que es tan inconsecuente a la trama como todo lo mencionado en el párrafo anterior, si es que aún no los he puesto a dormir, en cuyo caso esta crítica reflejaría adecuadamente el tedio de esta producción.

Cabe mencionar que el trabajo de los actores secundarios es muy bueno. Jenkins siempre logra sobresalir por más pequeña que sea su intervención, mientras que Rispoli y Ribisi crean –con lo poco que tienen- personajes que se sienten reales y se ven como si verdaderamente hubiesen existido. Depp, por el contrario, es un huevo sin sal, tan dinámico y expresivo como un pedazo de madera. Desprovisto de una peluca o estrambótico vestuario, el actor se ve incómodo como una persona normal y corriente, como si no supiera qué hacer, o simplemente cobrando un cheque mientras las cámaras filman.

No hay un conflicto central en The Rum Diary, o quizás sería más correcto decir que hay demasiados, aunque ninguno alcanza una resolución ni remotamente cercana a satisfactoria. Es una película a la deriva, sin nada que decir, lo cual dista mucho de Thompson, quien lo decía todo directa y explícitamente. La cinta se le dedica a él al final, un gesto que no dudo sea bien intencionado por más malo que sea todo lo que lo antecede.

Fuente: http://www.primerahora.com/criticatherumdiary-blog-574308.html

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