domingo, 11 de marzo de 2012

Los 3 Mosqueteros













Ser fiel para ser rompedor. Esa es la filosofía que impulsó en su momento al Sherlock Holmes de Guy Ritchie. Se basaba en volver a ciertos elementos clásicos de la novela que habían sido desestimados por sus adaptaciones cinematográficas para crear una versión totalmente distinta a lo visto hasta ahora. Por ejemplo, el Dartagnan interpretado por un Logan Lerman de dieciocho años es mucho más fiel a la edad del protagonista de la novela original que el Gene Kelly de la versión de 1948 quien le dió vida justo con el doble de esa edad. No es un demérito del clásico filme de George Sidney, pero sí un detalle a tener en cuenta. Pero al igual que en el caso de la película de Ritchie, se opta por una versión en la que la acción y la espectacularidad tienen el protagonismo más absoluto.

No quiere decir esto que se traicione de forma irreversible la esencia de la novela. Hay cierta preocupación por parte de Paul W.S. Anderson por no ser excesivamente rompedor en los primeros compases de la historia del joven Gascón. El espíritu de cada personaje sigue estando presente en el fondo, aunque la forma haya cambiado. Y vaya si lo ha hecho. Los combates con espada casi parecen extraídos de películas de artes marciales, y no sólo aparecen combates navales, sino que estos se tornan aéreos con artefactos que bien podrían haber sido extraídos de la imaginación de otro clásico como Julio Verne.

Pero, olvidando la fuente y centrándonos en lo que nos da la película, “Los Tres Mosqueteros 3D” resulta ser, aún con ciertos reparos, un entretenimiento muy digno.

Dotado de un buen 3D, en el que Anderson no se maneja nada mal, esta versión deja caer sus minutos de duración de forma suave y sin resultar aburrida. A ello contribuye un ritmo rápido y en el que no dejan de pasar acontecimientos que mantienen el interés de forma sostenida sin grandes escenas impactantes, pero también sin altibajos.

En el apartado de “peros” antes citados resplandece el desigual casting del filme. Junto con auténticos aciertos (Christoph Waltz es un estupendo y acertado Richelieu, así como los adecuados Matthew McFadyen y Logan Lerman) encontramos auténticos patinazos como una excesivamente angulosa Milla Jovovich con un físico demasiado rotundo para el personaje de Milady de Winter o un irritante Freddie Fox como el Rey Louis XIII.

Pero el balance, al llegar la última página, o en este caso los títulos de crédito, es positivo. Y eso, hoy en día, no es nada desdeñable.

Fuente: http://www.elmulticine.com/criticas2.php?orden=3330

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