jueves, 2 de febrero de 2012

50/50




Con buenas críticas y en clave independiente se estrena una divertida y diferente película sobre un joven que padece cáncer.

El cine indie, el de la frescura de los años mozos, de la incorrección sentimental y de las canciones tiernas, suele entregar buenas películas. Es cierto, desde La joven vida de Juno para aquí la fórmula ha comenzado a repetirse. Las contestaciones ingeniosas pierden originalidad. Y cuando suena el décimo tema musical despojado lo mejor es acudir al mute y seguir confiando en los subtítulos, que tan bien hacen lo suyo. Pero aún así hay que ser un duro-duro para no conmoverse con lo que el indie tiene para ofrecer: jóvenes empujados a vivir, porque vivir, según reza el mandato redondo, vivir solo cuesta vida.

50/50 (Fifty fifty), sinopsis de la película

Adam (Joseph Gordon-Levitt) tiene juventud, novia hermosa (aunque su amigo Kyle -Seth Roge- tendrá algo que agregar respecto de ella), empleo, casa y la mar en coche. Pero todo cambiará en poco tiempo: su médico le diagnosticará cáncer, simplemente cáncer. Pero como de jóvenes va el asunto, una enfermedad terminal puede significar tanto como un game over, man, como una inmejorable oportunidad para conseguir chicas (o ahuyentarlas, depende la sutileza, man).

La enfermedad le dará a Adam la chance de saber quiénes son los de fierro y quiénes los de cartón pintado en su vida. Una vez distinguidos estos de fierro habrá llegado el momento de enfrentar los días más duros de la joven vida signada por un 50 % de posibilidades de salir al segundo tiempo, y un 50 de que se apague la luz y haya que entregar el envase.

Cine para divertir y conmover

Hablando de cine indie, la película de Jonathan Levine empuja a su personaje a una encrucijada aún más dramática que el embarazo adolescente de Juno. El film, que se basa en la experiencia del guionista Will Reiser. gambetea todo aquello que suene a melodrama y suma las relaciones familiares y las problemáticas de la juventud (novia, independencia, padres) para hacer de la película un buen emblema de la generación de los veintitantos. Por lo tanto, la etiqueta indie es lo de menos y su función es simplemente acercar al futuro espectador una idea de qué encontrará en pantalla.

Buenas actuaciones para una película creíble

La pantalla de 50/50 tiene material de sobra para ofrecer: drama y humor; la compinche química de Joseph Gordon-Levitt y Seth Roge; la espantosa actitud de la perra de Bryce Dallas Howard (“perra” con cariño, claro), y la adorable y frágil sonrisa de Anna Kendrick. Buenas actuaciones resguardadas por suburbios, como corresponde a toda película que prefiere a sus personajes a las marquesinas.

Hay chicos que no quieren escándalos, fama, ni bailes por un sueño. Viven y gastan vida en ello. 50/50 es cine económico, es cine con dudas, es cine con preguntas, inquietudes y unas pocas respuestas. Y es cine indie. Pero ante semejantes virtudes, claro, las etiquetas quedan relegadas a un segundo plano.

Fuente: http://www.suite101.net/news/critica-5050-fifty-fifty-pelicula-sobre-el-cancer-a75360

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